sábado, 13 de septiembre de 2014

Retrato de la crítica pedante (una respuesta al artículo "Retrato del reseñista adolescente", de Ana Garralón)

Este artículo es una respuesta al "Retrato del reseñista adolescente" escrito por una señora llamada Ana Garralón (si sentís curiosidad podéis leerlo aquí)


Parece que nadie está nunca contento. Una de las críticas más habituales que hay es que los jóvenes no leen, que no se interesan por nada que no sean videojuegos, internet, salir, fumar y beber alcohol (además, estos últimos hábitos, para preocupación de muchos, cada vez se inician a edades más tempranas). Personalmente siempre he dicho que el problema es que a la gente que lee no se le suele dar demasiada visibilidad, pero eso no es relevante para el tema que quiero tratar ahora. Lo que me gustaría señalar en este momento es el hecho de que ,hasta hace nada, la gran preocupación era la falta de lectores entre los jóvenes y, de repente, esta señora se queja de que los adolescentes se dedican a leer libros juveniles, se graban a sí mismos y hacen críticas dirigidas a otras personas de su edad.

Para empezar, me llama la atención la pedantería de esta señora a la hora de hacer referencia a sus supuestos críticos ideales (aquellos que reseñan en suplementos de "un gran diario" o que son "presentadores con gran bagaje cultural"). Dice que la gente que "habla de libros no teme" (me gustaría saber en qué se basa ella para saberlo ya que todavía tengo mis momentos de duda, timidez y algo de miedo cada vez que subo un vídeo nuevo -igual sólo es cosa mía, pero el miedo a las críticas negativas sobre el contenido que comparto sigue estando presente-) y que YouTube es una alternativa a escribir para los periódicos (personalmente escribiría para ellos encantada, incluso sin necesidad de que me ofrecieran un sueldo demasiado elevado, así que si opto por expresarme a través de otros soportes no es, ni más ni menos, que porque no me han dado la oportunidad de hacerlo en esos "grandes diarios" a los que ella parece rendir culto).

"Hablan con soltura de libros, pero también muestran las dedicatorias de sus escritores favoritos. Hay quienes enseñan a cámara sus tatuajes inspirados en algún título o hablan de lugares donde conseguir ejemplares baratos."
Igual es por eso de no tener un gran bagaje cultural, pero no comprendo el problema que puede haber en esto ¿Qué más le da que la gente se sienta tan entusiasmada con sus tatuajes relacionados con algún libro? ¿Por qué le molesta tanto que se muestren las dedicatorias en los libros? Y, sobretodo ¿cuál es el error que cometen al mencionar lugares donde han conseguido libros baratos? Me parece que se le está olvidando que una de las principales asunciones que hace en su artículo es el hecho de que se trata de lectores jóvenes. Normalmente los adolescentes no suelen tener un alto poder adquisitivo dado que su único dinero proviene del que le puedan dar sus familiares por cumpleaños o similar y es muy comprensible que dada esa restricción presupuestaria intenten comprar cuántos más libros mejor. Con la crisis se ven más que nunca iniciativas de todo tipo para ahorrar dinero en la cesta de la compra, en la ropa etc. ¿qué hay de malo llevar a búsqueda de "chollos" al terreno literario?

"Atención, libreros, un dato significativo: estos jóvenes no suelen pisar las librerías, se abastecen en internet o en ferias donde es indispensable acudir para obtener dedicatorias y hacer un poco de vida social."
Esta frase hace que no pueda evitar preguntarme en qué datos se basa para hacer tal afirmación acerca de que los BookTubers/Bloggers no pisan las librerías. Personalmente, soy una enamorada de entrar en las librerías a admirar ediciones, novedades y demás en cuanto tengo un rato libre (eso explica un alto porcentaje de mis compras impulsivas). Es verdad que algunas de mis compras las realizo por internet por la sencilla razón de que puedo encontrar una mayor variedad de libros (por ejemplo, libros en inglés) y que muchas veces me resulta más barato... ¿está mal comparar precio?¿está mal querer ahorrar? Porque con esta frase nos da a entender que el hecho de no comprar en librerías (aunque en algunos casos te puedas ahorrar cantidades superiores al 50%) es el octavo pecado capital.

Por otra parte, esas ferias que menciona con tanto desprecio no dejan de ser una herramienta de marketing. De hecho, en esas ferias, suelen colaborar las librerías (¡ups! Esas que los YouTubers ignoran...), editoriales y demás organismos. Esas ferias suelen utilizarse como herramienta para conocer a otros lectores y, créame, que más que para hacer vida social (que suena increíblemente frívolo) se va para compartir pasiones.

Como viene siendo costumbre en estos casos, hay la típica frase menospreciando tanto la literatura juvenil como la literatura fantástica, pero dado que ese es un tema que quiero tratar en exclusividad y no únicamente por este artículo, me ahorraré ahondar más en ello.

"Para esta comunidad elementos como el flujo de conciencia, el monólogo interior, la prosa retórica, la intertextualidad o el experimentalismo -por citar algunos pocos que tan bien nos recordó David Lodge en El arte de la ficción- están fuera de su radio de entendimiento."
Con esta frase estoy segura de que esta señora ha tenido que desbloquear algún tipo de logro de "afirmación más pedante" o similar. No se da cuenta de que parte del éxito de las reseñas, que tanto critica, radica en  que están hechas por lectores para lectores. Esa terminología está muy bien para profesionales dedicados al mundo de la filología o similar, pero quedan fuera de lugar en reseñas de aficionados. Personalmente, conozco esos términos, pero si quiero que alguno de mis amigos se lea The Legacy, de Virginia Woolf (yo también sé citar a gente importante ¿véis? ¡Oh, grandes diarios, venid a mi!) sé que emplearé mejor mi tiempo hablándoles de lo fácil que les resultará empatizar con Gilbert Clandon en lugar de comentarles que la autora usa con maestría el flujo de conciencia. Es una cuestión de ser capaz de llegar a más gente y de no convertir la literatura en algo para una pequeña élite increíblemente culta (perdón, con un gran bagaje cultural).

Por último, me gustaría terminar haciendo referencia a una última declaración:
"Lo que antes se escuchaba tímidamente en los corrillos de los círculos de lectura, ahora está para siempre en la red."
Probablemente sea debido a "la poca labor de edición de mis reflexiones", pero no entiendo qué hay de malo en ello. Desde siempre me ha gustado leer y he hablado de lo que leo, especialmente a partir de los 14 años que comencé a asistir a un taller literario en una biblioteca municipal. Internet me ha dado la posibilidad de seguir hablando de libros no sólo con más gente, sino con personas que viven en otros extremos del mundo, con culturas muy diferentes a la mía y puntos de vista que yo ni siquiera me había planteado.

Afirmar que no tengo nada más que decir supondría mentir, pero prefiero dejarlo aquí. No entiendo el afán de atacar el fenómeno BookTuber/Blogger, especialmente con el desconocimiento acerca de la materia que se evidencia en el artículo. Supongo que será que esos críticos increíblemente inteligentes, cultos y formales se ven amenazados por esos reseñistas adolescentes y, como se suele decir, el ataque es la mejor defensa. 

2 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Me parece especialmente interesante el párrafo en el que hablar de que hay que saber qué recomedar en función de cuál sea tu publico, y que priorizar los personajes por encima de los recursos experimentalistas, por ejemplo, no tiene nada de malo. Que la literatura es cultura, y la cultura, cuantos más la disfruten, mejor. Dejémonos de elitismos, que esos elitistas son los que se quejan de que "la plebe" no sabe nada de nada, pero son precisamente los que se esfuerzan en que la cultura sea solo para unos cuantos.

    ResponderEliminar
  2. Yo también estoy muy de acuerdo contigo, amiga mía. Estoy harto, hasta las narices, de ese "elitismo lector" del que hacen gala algunos tontos del culo. Porque, no nos engañemos, todo se reduce a que la señora Garralón es gilipollas (disculpa mi lenguaje: es flujo de conciencia).

    ResponderEliminar